DE EGIPTO A ROMA
Ignoro, repito, quien fue el primer manipulador de marionetas, pero puedo imaginar que algún día alguien conversando con su muñeco, ídolo, figura o cualquier otra, dio la idea a algún observador atento, de desarrollar ese juego de forma dramática; así tuvo que nacer ese teatro: algún día, hace muchos milenios... en cualquier parte... en cualquier civilización... como la idea de cualquier artista ignorado.
Lo único cierto es que la marioneta existe desde hace milenios, y que no fue en sus inicios un pasatiempo infantil. En los primeros tiempos nuestros antepasados colocaban los muñecos en sus tumbas. Se trataba de figuras sagradas, esculpidas a imagen del difunto, de la misma forma que el hombre es un muñeco esculpido a la imagen de Dios. Más tarde vendrían las muñecas que simbolizaban la venganza, la fertilidad, la magia, los ritos del sacrificio. En ellas el hombre ensayaba encerrar los espíritus y los poderes secretos de la naturaleza. Así, el arte del muñeco no solo fue una de las primeras manifestaciones artísticas de la humanidad, sino la primera de todas.
En lo que concierne al arte y al teatro de los muñecos están todos los autores generalmente de acuerdo en situar sus inicios en Egipto, de donde paso a Asia y a Grecia, particularmente en el arte del mimo que practicaban los antiguos helenos.
Los mimos no se presentaban únicamente en el escenario, sino que se encontraba también en las plazas de mercado y en las calles, donde asombraban al publico con sus farsas y acrobacias. Y son ciertamente ellos quienes, por primera vez, utilizaron los muñecos para acompañarle en sus exhibiciones, aunque más tarde ellos mismos__ los muñecos____ fueran espectáculo completo. Luego los Romanos se apasionaron seguidamente con los muñecos. Gracias a ellos el arte del teatro de muñecos ha llegado hasta nosotros.
De la antigüedad del teatro de muñecos animados, articulados, tenemos constancia no solo documental-----a través de las obras de los escritores de cada época-----, sino también palpable, pues han llegado hasta nosotros muñecos de los que se utilizaban en la más remota antigüedad para los espectáculos públicos y privados. En casi todos los museos del mundo hay muñecos de esta clase y en muchas colecciones particulares también.
Por un feliz hallazgo localizados a principios del siglo anterior (1904) en Antinoé, por el arqueólogo francés Gayet, se puede demostrar que los muñecos articulados ya actuaban en el Egipto de las Dinastías faraónicas. En la tumba de la sacerdotisa de Osiris, la bailarina Jelmis (su preciosa bailarina, según se lee en el sepulcro), junto a su momia se halló un bello barquito de madera tripulado por figuritas de marfil, de unos cuatro mil años de antigüedad antes de Cristo, y una de esas figuritas estaba articulada, pudiéndose poner en movimiento mediante hilos. Es decir, una marioneta. Este barco en miniatura ,probable reproducción del que la bailarina poseía para sus excursiones por el Nilo-------para recreo suyo y de sus invitados----------, tenia en el centro una especie de casa, cuyas puertas, también de marfil, dejaban ver al abrirse un tinglado de marionetas, con cinco figuras, siendo la del centro----la diosa Isis-------articulada como la que ya hemos dicho.
En el momento del descubrimiento minúsculas hebras de hilo estaban todavía pegadas en las figuritas, en los lugares apropiados para saber que desde allí habían sido manipuladas.
Por otra parte, en la colección egipcia del Museo de Louvre se conserva una muñeca egipcia, en cuya cabeza se halla un gancho destinado a recibir el hilo que sujetaría.
En tumbas y sarcófagos egipcios se han encontrado también una gran cantidad de figurillas representando hombres, animales, etc. Estas figurillas, llamadas ushebti o shauebti( las que responden a la llamada), eran animadas mágicamente y hacían por el difunto los diversos trabajos que este tenia que realizar en el mas allá.
En el Libro de los Muertos, el primer libro de la Humanidad, se lee la invocación que animaba a esos muñecos y los transformaba en sirvientes vivos del amado difunto: ¡ Oh, tú, Figurilla mágica, escúchame! He sido convocado, he sido condenado a ejecutar trabajos de todas clases, esos que obligan a hacer a los Espíritus de los muertos en el Más Allá, sabe, pues, ¡oh Figurilla mágica!, puesto que ahora posees ya útiles, que debes obedecer al hombre en su necesidad. Aprende, pues, que serás tu la condenada en mi lugar, para los vigilantes del Duant, a sembrar los campos, a llenar de agua los canales, a transportar arena del Este hacia el Oeste.... la Figurilla responde: ---Aquí me tienes.... Espero tus ordenes....
El muñeco que entierran en los sarcófagos no se trata, según vemos, de un muñeco articulado, movible, sino de un muñeco mágicamente vivo.
También el Museo de Louvre posee una cabeza de chacal, de boca movible, de maravillosa plasticidad, de la XIX o XX dinastía, por lo que puede calcularse que es anterior a Cristo en unos mil quinientos años.
Es en Egipto donde se revelan las más antiguas manifestaciones teatrales. La vida, la muerte y la resurrección de Osiris, dios del Sol, daban lugar a representaciones en el mismo recinto del templo. En el Egipto faraónico el drama no parece haber tenido un fin mágico, pero tomaba un carácter épico de edificación de los fieles. Entre sus temas tiene una particular importancia el de la barca, que simboliza la búsqueda por Isis del cuerpo de Osiris, tirado al Nilo.
Conocemos, de todas formas, las marionetas egipcias solo por descripciones hechas por escritores griegos, y por muy raros especimenes que han llegado a los museos. Sin poder generalizar absolutamente, no es lógico olvidar las imágenes animadas que se nos cuenta había en Egipto. Así Herodoto, en su segundo libro habla: ...las mujeres, en lugar de falo paseaban de pueblo en pueblo unas estatuillas de la altura de un codo, cuya parte sexual, igual en tamaño al resto de cuerpo, se movía por medio de hilos. Un flautista precedía, y las mujeres le seguían cantando...
Los egipcios acudieron, para mover sus muñecos, no solo a los hilos, sino a resortes complicados. Incluso nos consta-------también por Herodoto--------- que utilizaron su conocimiento sobre las propiedades de los imanes. Así en algunos festejos se veían unas estatuillas que se elevaban unos codos, sin que se movieran hilos, y se quedaban pegadas
Dio Cassius habla de esculturas egipcias de las que manaba sangre. También nos hablan de otras manifestaciones de estatuaria animada Luden, Callixene, Macrote...
Y no sólo en Egipto, aunque sea apartarnos algo en el lugar, aunque no en el tiempo sino también en Asia Menor, Java, India, China, Japon, Indonesia, Sian, donde los sacerdotes colocaban en los altares figuritas humanas hechas de madera, barro o pergamino, y dándose cuenta del valor religioso que podían tener sobre el pueblo, les construyeron a dichas figuritas movimientos a través de distintos tipos de articulación, para hacer creer que eran los dioses que hablaban. Estos muñecos eran movidos por distintos tipos de varillas de madera como el Títere de Java o las hoy llamadas sombras chinescas o como en Asiría donde están documentadas las actuaciones de grandes ídolos articulados, usados por los sacerdotes asirios en determinadas ceremonias religiosas y en algunas profanas, en Hierápolis, donde se cuenta que un titiritero asiático fue llamado ante el Emperador para que se presentara con sus muñecos en la corte. Cosa que vino en su perjuicio, pues las concubinas del Emperador, se sintieron atraídas por los muñecos, que a su vez coqueteaban y flirteaban con ellas, en fin, les hacían el amor con palabritas dulces y poesía, Esto provoco la furia del Emperador, como nos lo cuenta Callixenes, quien quiso mandarle a cortar la cabeza al titiritero, que se defendió argumentando que sus rivales eran simples muñecos. Pero nos cuentan que desde ese momento el titiritero compartió las concubinas del emperador.
Uno de los últimos reyes de Siria, Antiochus IX de Cyzique, se había apasionado por esos espectáculos: tenia siempre con el un teatro de marionetas y le agradaba mover por si mismo sus personajes, de cinco codos de alto, magníficamente vestidos de oro y plata. Nos dice Diodoro de Scicilia: Mientras que el se divertía de esa forma pueril haciendo maniobrar los maniquíes, su reino estaba desprovisto de todas las maquinas de guerra que hacen las glorias y la seguridad de los Estados.. La colosal figura de Bacchus en Nyssa, llevado sobre un carro de cuatro ruedas, se levantaba sin ayuda visible, y según cuenta Callixenes, vertía leche en una copa, sentándose luego por si misma.
Durante muchos años la paciencia de los egiptólogos había revelado una inmensa literatura donde todos los géneros estaban representados, salvo el dramático. Se repetía que la tierra de los faraones no había conocido el teatro y que fueron los griegos sus inventores. Los descubrimientos recientes prueban verdaderamente, tanto en su teatro, como en todas sus manifestaciones artísticas, los helenos no han hecho otra cosa que continuar el teatro y el arte egipcio. Han aparecido toda una serie de textos dramáticos que se remontan al siglo XXIII a. de C. El teatro es, pues, quince siglos más viejo de lo que se suponía hasta ahora o quizás más. La construcción es la misma que la tragedia de Esquilo, con el coro y los dos actores. Solamente si el coro esta compuesto de hombres y de mujeres, los dioses-------para que no sean representados por ningún ser humano------suelen ser grandes marionetas, del tamaño de los personajes humanos o acaso mayores. Por si esta afirmación no esta clara, repito, que en esas primeras obras de teatro conocidas, los dioses, que son los que dirigen la acción, están representados por grandes muñecos articulados.
Wilkinson ha publicado los dibujos de lo que llama muñecas, que ha copiado en la colección egipcia del British Museum. En ellas el brazo esta separado del cuerpo, y parece haber tenido brazos articulados. Una de esas figuras, y otras que hay en el Louvre, son acéfalas y tienen en la base del cuello un pivote para recibir en él la cabeza movible.
Llego un momento en que los muñecos no fueron suficiente para desempeñar el papel encomendado. Puede ser que los espíritus aparecieran ya menos terroríficos o que los dioses se hubieran humanizado algo; lo cierto es que los hombres se atrevieron a lo que antes parecía un sacrilegio: encarnar a los dioses, sustituir a las imágenes sagradas articuladas, hacer ellos mismos el papel de inmortales. Es entonces cuando aparece el actor, pero siempre siendo un sustituto del muñeco al que quiere representar. La aparición del actor en el teatro se hace imitando a las imágenes, a los muñecos que sustituye. El primer actor no es mas que un muñeco sustituido. En el inicio del teatro no han sido los muñecos los que han copiado a los actores, sino los actores que han nacido al socaire de la creación de los muñecos.
De Egipto pasan las marionetas a Grecia, pero allí pierden ya su carácter sagrado, aunque Chesnai opine que las marionetas populares eran sólo copia de las religiosas que sustituían y que seguían siendo estatuas movibles consagradas, y cuyo mecanismo originalmente estaba constituido por simples nervios que, al tensarse por la acción higrometrica del aire, cambiaban la actitud del Dios.
Hubo una serie de estatuillas llamadas dedalienses, por estar atribuidas a Dédalo, las que se dice tenían tal movilidad que debían estar atadas para que no se escapasen por sí solas. Sócrates las compara a las divagaciones excesivas y sin reglas de una filosofía desprovista de principios fijos. Talo era, según la mitología, un sobrino de Dédalo, que fue quien lo inicia en el estudio de la mecánica. Invento Talo, entre otras cosas, la sierra, el torno, el compás... Tal fue su renombre que su tío, celoso, se encargo de que el joven cayera casualmente desde lo alto de una de las torres de la muralla de Atenas. A Talo podría achacarse la fama de las estatuillas de Dédalo que sé movían. De todas formas el nombre de Talo esta vinculado al de los autómatas, pues así se llama el guardián de la isla de Creta, un gigante autómata de bronce que ponía en fuga a los ejércitos atacantes a pedrada limpia. Su mecanismo era simple: consistía en una vena que iba desde la cabeza al talón, cerrada con un tornillo. La destrucción del gigante autómata fue también simple, pues le basto a Medea desatornillarlo y se desplomo.
Xenophonte narra, en El Banquete, que el rico Callías celebra un festín. Y como le gustaba hacer ostentación de sus prodigiosas riquezas, la comida no podía por menos que ser abundante: buena carne, vinos generosos, hermosas mujeres... Uno de los éxitos de la noche fue precisamente la pantomima y el espectáculo de marionetas que dio un comediante ambulante de Siracusa, y departió con Sócrates acerca del teatro de muñecos. A este siracusano le pregunto uno de los convidados cual era la cosa que le agradaba mas en este mundo, a lo que le contestó cínicamente el artista que lo más grato era la abundancia de idiotas que pagaban bien por ver su espectáculo de títeres.
Del texto se saca que, aparte de las representaciones dadas por los profesionales en las casas, ciertos aficionados poseían en su domicilio teatros propios. Sócrates, se dice, abandonó la fiesta, al finalizar la misma, con mucha pena. También se sabe que el mismo Sócrates utilizo muchas veces un títere para hablar, con él en la mano, a los ciudadanos atenienses. El muñeco le servia de interlocutor y a el le iban dirigidas las preguntas que deseaba oyeran los atenienses. Y suyas eran las respuestas. Y en el tiempo de Piericles las representaciones que se daban en la plaza publica de la ciudad o de la pequeña población eran seguidas siempre por una enorme cantidad de publico, niños y adultos. Esa es la característica del teatro de muñecos de esa época y de casi todas las épocas: sirve para divertir indistintamente a los pequeños y a los mayores. En tiempos de Sófocles consta que los muñecos no actuaban solo en Atenas, sino que recorrían todos los pueblos.
Archytas de Tarento a la vez filosofo y mecánico, hizo una paloma de madera que volaba. Pero una vez que se había posado no podía volver a elevarse de nuevo, a menos que se le volviera a preparar mecánicamente. En Atenas, a finales del siglo V ates de Cristo, el muñeco es sujeto de controversia entre los que gustan de sus espectáculos y los que, como Aristóteles, no ven en él mas que puerilidad. Se indigna--------según veremos--------porque personalidades importantes se interesan por los muñecos y los hacen representar en el curso de banquetes para la distracción de sus invitados. Plutarco también asegura, y describe, la existencia de marionetas en su época, y atestigua que servían para la distracción de niños y mayores. También Callistrato dejó escrito algo sobre los muñecos, por lo menos sobre las estatuas animadas. Y en otro lugar de su obra habla de las hormigas y otros animales que hizo, pues también era constructor, de marfil,, y tan pequeñas que ningún ojo que no fueran los suyos podían calcular las proporciones. Y no solo eran perfectas en su liliputiense tamaño, sino que ¡eran movibles!
Quien sentía verdadera pasión por esas diminutas creaciones de la mecánica, por esos extraños aparatos movibles, por esos títeres, era el rey Lysímaco. Ese rey, según lo que dice Athenée, se distraía colocando los parásitos artificiales que poseía en su mesa. Un día tiro sobre la ropa de un tal Bithys un escorpión, un autómata, de madera, tan bien imitado que el invitado se asusto. Pero, al parecer, Bhitys no carecía de ingenio, pues dirigiéndose poco después a Lysímaco, conocido por su avaricia, le dijo: ¡Príncipe, ahora voy a asustarlo yo, dadme una moneda de plata...!
Galeno, en su tratado de anatomía De usu partium, se admira de la perfección de las marionetas: No se reconoce en parte alguna tan bien el exquisito artificio de la naturaleza como en la inserción de los músculos de la pierna, que descienden todos de la juntura hasta el inicio de la tibia. Al igual que los que mueven los muñecos de madera con pequeños hilos los adaptan al principio de la parte que debe jugar, lejos del punto donde estas mismas partes se reencuentran y juntan, así la naturaleza, antes de que los hombres se hubieran percatado de esa sutileza, ha construido de la misma forma las articulaciones de nuestro cuerpo.
Nos cuenta Xenofonte que no sólo actuaban muñecos que representaban figuras humanas, sino que también se presentaban los personajes de la mitología, los centauros, los faunos...Las pantomimas que se presentaban con muñecos eran tanto o más apreciadas que las de actores.
El mas conocido manipulador de muñecos griego ha sido Photino. Su popularidad ha llegado hasta nosotros a través de múltiples escritores de la época. Athenée, en su Banquete de los sofistas, reprocha al pueblo de Atenas que hayan prostituido con los muñecos de Photino la escena en que los actores de Euripides habían declamado su entusiasmo trágico. Pese a la cita, no es necesario que Photino fuera posterior a Euripides; todo hace pensar qué eran contemporáneos. Eutache menciona a Photino, al que da el nombre de Peripustos, es decir, conocido en todas partes. A Photino le habían autorizado los arcontes a actuar con sus artistas de madera en el teatro de Dionisios, al pie de la Acrópolis, privilegio que solo los mas grandes actores dramáticos habían gozado. Se había instalado, sin duda para ser visto por la asistencia, sobre el thymele, el altar del dios que cada teatro griego tenia en el centro de la orquesta. Photino, por un procedimiento inverso del que se emplea ordinariamente hoy, se colocaba para hacer sus personajes en el tablado de la orquesta. Arquímedes de quien Photino aprendió, tuvo tiempo, entre tantas y tan complejas ocupaciones como debían impedírselo, de diseñar y construir complicados muñecos con extraños mecanismos, con los que lograba imitar todos los movimientos humanos. Por desgracia no ha llegado hasta nosotros más que la descripción de los movimientos desarrollados, pero ninguno sobre los mecanismos que los impulsaban. Es decir, sabemos El qué, pero no el cómo. En cuanto a los muñecos en si mismos, estaban suspendidos por la cabeza a una vara metálica, con lo que se parecían a caso a las marionetas actuales que se fabrican en Lieja y en Sicilia Italia. Muñecos articulados, títeres griegos, hay prototípicos ejemplares encontrados en Cataluña, en Ampurias, no muy lejos de Barcelona, España.
Los muñecos griegos son los que los Romanos llevaron de sus conquistas. El origen del muñeco en Roma esta indiscutiblemente en Grecia. Roma supo en esto, como en todo, no sólo conquistar, sino asimilar, haciendo suyo cuanto de bueno tenían los países conquistados. Entre los Romanos el teatro de muñecos---como el resto de las expresiones teatrales-----no estuvo excesivamente considerado, sino hasta mucho después, con la comedia del arte, donde alcanzaron su apogeo. Sus actuaciones fueron pronto asimiladas a los juegos de circo, consentidos y estimulados para el populacho por cálculo político. Las marionetas no podían faltar en la Roma imperial, como no han faltado en ninguna época en ninguna ciudad. Los Romanos, sin embargo, en su gravedad, en su orgullo de ciudadanos privilegiados, en su conciencia de dominadores del mundo, tenían prohibido dedicarse a estas artes menores que desprestigiaban al hombre: las de distraer a los otros hombres. Y así los actores------y entre ellos los marionetistas, claro------ no podían ser ciudadanos romanos. Se podía ser mago, charlatán, actor o marionetista (en este orden de prelación) sólo en dos casos: o siendo extranjero o siendo esclavo.
DE EGIPTO A ROMA
Ignoro, repito, quien fue el primer manipulador de marionetas, pero puedo imaginar que algún día alguien conversando con su muñeco, ídolo, figura o cualquier otra, dio la idea a algún observador atento, de desarrollar ese juego de forma dramática; así tuvo que nacer ese teatro: algún día, hace muchos milenios... en cualquier parte... en cualquier civilización... como la idea de cualquier artista ignorado.
Lo único cierto es que la marioneta existe desde hace milenios, y que no fue en sus inicios un pasatiempo infantil. En los primeros tiempos nuestros antepasados colocaban los muñecos en sus tumbas. Se trataba de figuras sagradas, esculpidas a imagen del difunto, de la misma forma que el hombre es un muñeco esculpido a la imagen de Dios. Más tarde vendrían las muñecas que simbolizaban la venganza, la fertilidad, la magia, los ritos del sacrificio. En ellas el hombre ensayaba encerrar los espíritus y los poderes secretos de la naturaleza. Así, el arte del muñeco no solo fue una de las primeras manifestaciones artísticas de la humanidad, sino la primera de todas.
En lo que concierne al arte y al teatro de los muñecos están todos los autores generalmente de acuerdo en situar sus inicios en Egipto, de donde paso a Asia y a Grecia, particularmente en el arte del mimo que practicaban los antiguos helenos.
Los mimos no se presentaban únicamente en el escenario, sino que se encontraba también en las plazas de mercado y en las calles, donde asombraban al publico con sus farsas y acrobacias. Y son ciertamente ellos quienes, por primera vez, utilizaron los muñecos para acompañarle en sus exhibiciones, aunque más tarde ellos mismos__ los muñecos____ fueran espectáculo completo. Luego los Romanos se apasionaron seguidamente con los muñecos. Gracias a ellos el arte del teatro de muñecos ha llegado hasta nosotros.
De la antigüedad del teatro de muñecos animados, articulados, tenemos constancia no solo documental-----a través de las obras de los escritores de cada época-----, sino también palpable, pues han llegado hasta nosotros muñecos de los que se utilizaban en la más remota antigüedad para los espectáculos públicos y privados. En casi todos los museos del mundo hay muñecos de esta clase y en muchas colecciones particulares también.
Por un feliz hallazgo localizados a principios del siglo anterior (1904) en Antinoé, por el arqueólogo francés Gayet, se puede demostrar que los muñecos articulados ya actuaban en el Egipto de las Dinastías faraónicas. En la tumba de la sacerdotisa de Osiris, la bailarina Jelmis (su preciosa bailarina, según se lee en el sepulcro), junto a su momia se halló un bello barquito de madera tripulado por figuritas de marfil, de unos cuatro mil años de antigüedad antes de Cristo, y una de esas figuritas estaba articulada, pudiéndose poner en movimiento mediante hilos. Es decir, una marioneta. Este barco en miniatura ,probable reproducción del que la bailarina poseía para sus excursiones por el Nilo-------para recreo suyo y de sus invitados----------, tenia en el centro una especie de casa, cuyas puertas, también de marfil, dejaban ver al abrirse un tinglado de marionetas, con cinco figuras, siendo la del centro----la diosa Isis-------articulada como la que ya hemos dicho.
En el momento del descubrimiento minúsculas hebras de hilo estaban todavía pegadas en las figuritas, en los lugares apropiados para saber que desde allí habían sido manipuladas.
Por otra parte, en la colección egipcia del Museo de Louvre se conserva una muñeca egipcia, en cuya cabeza se halla un gancho destinado a recibir el hilo que sujetaría.
En tumbas y sarcófagos egipcios se han encontrado también una gran cantidad de figurillas representando hombres, animales, etc. Estas figurillas, llamadas ushebti o shauebti( las que responden a la llamada), eran animadas mágicamente y hacían por el difunto los diversos trabajos que este tenia que realizar en el mas allá.
En el Libro de los Muertos, el primer libro de la Humanidad, se lee la invocación que animaba a esos muñecos y los transformaba en sirvientes vivos del amado difunto: ¡ Oh, tú, Figurilla mágica, escúchame! He sido convocado, he sido condenado a ejecutar trabajos de todas clases, esos que obligan a hacer a los Espíritus de los muertos en el Más Allá, sabe, pues, ¡oh Figurilla mágica!, puesto que ahora posees ya útiles, que debes obedecer al hombre en su necesidad. Aprende, pues, que serás tu la condenada en mi lugar, para los vigilantes del Duant, a sembrar los campos, a llenar de agua los canales, a transportar arena del Este hacia el Oeste.... la Figurilla responde: ---Aquí me tienes.... Espero tus ordenes....
El muñeco que entierran en los sarcófagos no se trata, según vemos, de un muñeco articulado, movible, sino de un muñeco mágicamente vivo.
También el Museo de Louvre posee una cabeza de chacal, de boca movible, de maravillosa plasticidad, de la XIX o XX dinastía, por lo que puede calcularse que es anterior a Cristo en unos mil quinientos años.
Es en Egipto donde se revelan las más antiguas manifestaciones teatrales. La vida, la muerte y la resurrección de Osiris, dios del Sol, daban lugar a representaciones en el mismo recinto del templo. En el Egipto faraónico el drama no parece haber tenido un fin mágico, pero tomaba un carácter épico de edificación de los fieles. Entre sus temas tiene una particular importancia el de la barca, que simboliza la búsqueda por Isis del cuerpo de Osiris, tirado al Nilo.
Conocemos, de todas formas, las marionetas egipcias solo por descripciones hechas por escritores griegos, y por muy raros especimenes que han llegado a los museos. Sin poder generalizar absolutamente, no es lógico olvidar las imágenes animadas que se nos cuenta había en Egipto. Así Herodoto, en su segundo libro habla: ...las mujeres, en lugar de falo paseaban de pueblo en pueblo unas estatuillas de la altura de un codo, cuya parte sexual, igual en tamaño al resto de cuerpo, se movía por medio de hilos. Un flautista precedía, y las mujeres le seguían cantando...
Los egipcios acudieron, para mover sus muñecos, no solo a los hilos, sino a resortes complicados. Incluso nos consta-------también por Herodoto--------- que utilizaron su conocimiento sobre las propiedades de los imanes. Así en algunos festejos se veían unas estatuillas que se elevaban unos codos, sin que se movieran hilos, y se quedaban pegadas
Dio Cassius habla de esculturas egipcias de las que manaba sangre. También nos hablan de otras manifestaciones de estatuaria animada Luden, Callixene, Macrote...
Y no sólo en Egipto, aunque sea apartarnos algo en el lugar, aunque no en el tiempo sino también en Asia Menor, Java, India, China, Japon, Indonesia, Sian, donde los sacerdotes colocaban en los altares figuritas humanas hechas de madera, barro o pergamino, y dándose cuenta del valor religioso que podían tener sobre el pueblo, les construyeron a dichas figuritas movimientos a través de distintos tipos de articulación, para hacer creer que eran los dioses que hablaban. Estos muñecos eran movidos por distintos tipos de varillas de madera como el Títere de Java o las hoy llamadas sombras chinescas o como en Asiría donde están documentadas las actuaciones de grandes ídolos articulados, usados por los sacerdotes asirios en determinadas ceremonias religiosas y en algunas profanas, en Hierápolis, donde se cuenta que un titiritero asiático fue llamado ante el Emperador para que se presentara con sus muñecos en la corte. Cosa que vino en su perjuicio, pues las concubinas del Emperador, se sintieron atraídas por los muñecos, que a su vez coqueteaban y flirteaban con ellas, en fin, les hacían el amor con palabritas dulces y poesía, Esto provoco la furia del Emperador, como nos lo cuenta Callixenes, quien quiso mandarle a cortar la cabeza al titiritero, que se defendió argumentando que sus rivales eran simples muñecos. Pero nos cuentan que desde ese momento el titiritero compartió las concubinas del emperador.
Uno de los últimos reyes de Siria, Antiochus IX de Cyzique, se había apasionado por esos espectáculos: tenia siempre con el un teatro de marionetas y le agradaba mover por si mismo sus personajes, de cinco codos de alto, magníficamente vestidos de oro y plata. Nos dice Diodoro de Scicilia: Mientras que el se divertía de esa forma pueril haciendo maniobrar los maniquíes, su reino estaba desprovisto de todas las maquinas de guerra que hacen las glorias y la seguridad de los Estados.. La colosal figura de Bacchus en Nyssa, llevado sobre un carro de cuatro ruedas, se levantaba sin ayuda visible, y según cuenta Callixenes, vertía leche en una copa, sentándose luego por si misma.
Durante muchos años la paciencia de los egiptólogos había revelado una inmensa literatura donde todos los géneros estaban representados, salvo el dramático. Se repetía que la tierra de los faraones no había conocido el teatro y que fueron los griegos sus inventores. Los descubrimientos recientes prueban verdaderamente, tanto en su teatro, como en todas sus manifestaciones artísticas, los helenos no han hecho otra cosa que continuar el teatro y el arte egipcio. Han aparecido toda una serie de textos dramáticos que se remontan al siglo XXIII a. de C. El teatro es, pues, quince siglos más viejo de lo que se suponía hasta ahora o quizás más. La construcción es la misma que la tragedia de Esquilo, con el coro y los dos actores. Solamente si el coro esta compuesto de hombres y de mujeres, los dioses-------para que no sean representados por ningún ser humano------suelen ser grandes marionetas, del tamaño de los personajes humanos o acaso mayores. Por si esta afirmación no esta clara, repito, que en esas primeras obras de teatro conocidas, los dioses, que son los que dirigen la acción, están representados por grandes muñecos articulados.
Wilkinson ha publicado los dibujos de lo que llama muñecas, que ha copiado en la colección egipcia del British Museum. En ellas el brazo esta separado del cuerpo, y parece haber tenido brazos articulados. Una de esas figuras, y otras que hay en el Louvre, son acéfalas y tienen en la base del cuello un pivote para recibir en él la cabeza movible.
Llego un momento en que los muñecos no fueron suficiente para desempeñar el papel encomendado. Puede ser que los espíritus aparecieran ya menos terroríficos o que los dioses se hubieran humanizado algo; lo cierto es que los hombres se atrevieron a lo que antes parecía un sacrilegio: encarnar a los dioses, sustituir a las imágenes sagradas articuladas, hacer ellos mismos el papel de inmortales. Es entonces cuando aparece el actor, pero siempre siendo un sustituto del muñeco al que quiere representar. La aparición del actor en el teatro se hace imitando a las imágenes, a los muñecos que sustituye. El primer actor no es mas que un muñeco sustituido. En el inicio del teatro no han sido los muñecos los que han copiado a los actores, sino los actores que han nacido al socaire de la creación de los muñecos.
De Egipto pasan las marionetas a Grecia, pero allí pierden ya su carácter sagrado, aunque Chesnai opine que las marionetas populares eran sólo copia de las religiosas que sustituían y que seguían siendo estatuas movibles consagradas, y cuyo mecanismo originalmente estaba constituido por simples nervios que, al tensarse por la acción higrometrica del aire, cambiaban la actitud del Dios.
Hubo una serie de estatuillas llamadas dedalienses, por estar atribuidas a Dédalo, las que se dice tenían tal movilidad que debían estar atadas para que no se escapasen por sí solas. Sócrates las compara a las divagaciones excesivas y sin reglas de una filosofía desprovista de principios fijos. Talo era, según la mitología, un sobrino de Dédalo, que fue quien lo inicia en el estudio de la mecánica. Invento Talo, entre otras cosas, la sierra, el torno, el compás... Tal fue su renombre que su tío, celoso, se encargo de que el joven cayera casualmente desde lo alto de una de las torres de la muralla de Atenas. A Talo podría achacarse la fama de las estatuillas de Dédalo que sé movían. De todas formas el nombre de Talo esta vinculado al de los autómatas, pues así se llama el guardián de la isla de Creta, un gigante autómata de bronce que ponía en fuga a los ejércitos atacantes a pedrada limpia. Su mecanismo era simple: consistía en una vena que iba desde la cabeza al talón, cerrada con un tornillo. La destrucción del gigante autómata fue también simple, pues le basto a Medea desatornillarlo y se desplomo.
Xenophonte narra, en El Banquete, que el rico Callías celebra un festín. Y como le gustaba hacer ostentación de sus prodigiosas riquezas, la comida no podía por menos que ser abundante: buena carne, vinos generosos, hermosas mujeres... Uno de los éxitos de la noche fue precisamente la pantomima y el espectáculo de marionetas que dio un comediante ambulante de Siracusa, y departió con Sócrates acerca del teatro de muñecos. A este siracusano le pregunto uno de los convidados cual era la cosa que le agradaba mas en este mundo, a lo que le contestó cínicamente el artista que lo más grato era la abundancia de idiotas que pagaban bien por ver su espectáculo de títeres.
Del texto se saca que, aparte de las representaciones dadas por los profesionales en las casas, ciertos aficionados poseían en su domicilio teatros propios. Sócrates, se dice, abandonó la fiesta, al finalizar la misma, con mucha pena. También se sabe que el mismo Sócrates utilizo muchas veces un títere para hablar, con él en la mano, a los ciudadanos atenienses. El muñeco le servia de interlocutor y a el le iban dirigidas las preguntas que deseaba oyeran los atenienses. Y suyas eran las respuestas. Y en el tiempo de Piericles las representaciones que se daban en la plaza publica de la ciudad o de la pequeña población eran seguidas siempre por una enorme cantidad de publico, niños y adultos. Esa es la característica del teatro de muñecos de esa época y de casi todas las épocas: sirve para divertir indistintamente a los pequeños y a los mayores. En tiempos de Sófocles consta que los muñecos no actuaban solo en Atenas, sino que recorrían todos los pueblos.
Archytas de Tarento a la vez filosofo y mecánico, hizo una paloma de madera que volaba. Pero una vez que se había posado no podía volver a elevarse de nuevo, a menos que se le volviera a preparar mecánicamente. En Atenas, a finales del siglo V ates de Cristo, el muñeco es sujeto de controversia entre los que gustan de sus espectáculos y los que, como Aristóteles, no ven en él mas que puerilidad. Se indigna--------según veremos--------porque personalidades importantes se interesan por los muñecos y los hacen representar en el curso de banquetes para la distracción de sus invitados. Plutarco también asegura, y describe, la existencia de marionetas en su época, y atestigua que servían para la distracción de niños y mayores. También Callistrato dejó escrito algo sobre los muñecos, por lo menos sobre las estatuas animadas. Y en otro lugar de su obra habla de las hormigas y otros animales que hizo, pues también era constructor, de marfil,, y tan pequeñas que ningún ojo que no fueran los suyos podían calcular las proporciones. Y no solo eran perfectas en su liliputiense tamaño, sino que ¡eran movibles!
Quien sentía verdadera pasión por esas diminutas creaciones de la mecánica, por esos extraños aparatos movibles, por esos títeres, era el rey Lysímaco. Ese rey, según lo que dice Athenée, se distraía colocando los parásitos artificiales que poseía en su mesa. Un día tiro sobre la ropa de un tal Bithys un escorpión, un autómata, de madera, tan bien imitado que el invitado se asusto. Pero, al parecer, Bhitys no carecía de ingenio, pues dirigiéndose poco después a Lysímaco, conocido por su avaricia, le dijo: ¡Príncipe, ahora voy a asustarlo yo, dadme una moneda de plata...!
Galeno, en su tratado de anatomía De usu partium, se admira de la perfección de las marionetas: No se reconoce en parte alguna tan bien el exquisito artificio de la naturaleza como en la inserción de los músculos de la pierna, que descienden todos de la juntura hasta el inicio de la tibia. Al igual que los que mueven los muñecos de madera con pequeños hilos los adaptan al principio de la parte que debe jugar, lejos del punto donde estas mismas partes se reencuentran y juntan, así la naturaleza, antes de que los hombres se hubieran percatado de esa sutileza, ha construido de la misma forma las articulaciones de nuestro cuerpo.
Nos cuenta Xenofonte que no sólo actuaban muñecos que representaban figuras humanas, sino que también se presentaban los personajes de la mitología, los centauros, los faunos...Las pantomimas que se presentaban con muñecos eran tanto o más apreciadas que las de actores.
El mas conocido manipulador de muñecos griego ha sido Photino. Su popularidad ha llegado hasta nosotros a través de múltiples escritores de la época. Athenée, en su Banquete de los sofistas, reprocha al pueblo de Atenas que hayan prostituido con los muñecos de Photino la escena en que los actores de Euripides habían declamado su entusiasmo trágico. Pese a la cita, no es necesario que Photino fuera posterior a Euripides; todo hace pensar qué eran contemporáneos. Eutache menciona a Photino, al que da el nombre de Peripustos, es decir, conocido en todas partes. A Photino le habían autorizado los arcontes a actuar con sus artistas de madera en el teatro de Dionisios, al pie de la Acrópolis, privilegio que solo los mas grandes actores dramáticos habían gozado. Se había instalado, sin duda para ser visto por la asistencia, sobre el thymele, el altar del dios que cada teatro griego tenia en el centro de la orquesta. Photino, por un procedimiento inverso del que se emplea ordinariamente hoy, se colocaba para hacer sus personajes en el tablado de la orquesta. Arquímedes de quien Photino aprendió, tuvo tiempo, entre tantas y tan complejas ocupaciones como debían impedírselo, de diseñar y construir complicados muñecos con extraños mecanismos, con los que lograba imitar todos los movimientos humanos. Por desgracia no ha llegado hasta nosotros más que la descripción de los movimientos desarrollados, pero ninguno sobre los mecanismos que los impulsaban. Es decir, sabemos El qué, pero no el cómo. En cuanto a los muñecos en si mismos, estaban suspendidos por la cabeza a una vara metálica, con lo que se parecían a caso a las marionetas actuales que se fabrican en Lieja y en Sicilia Italia. Muñecos articulados, títeres griegos, hay prototípicos ejemplares encontrados en Cataluña, en Ampurias, no muy lejos de Barcelona, España.
Los muñecos griegos son los que los Romanos llevaron de sus conquistas. El origen del muñeco en Roma esta indiscutiblemente en Grecia. Roma supo en esto, como en todo, no sólo conquistar, sino asimilar, haciendo suyo cuanto de bueno tenían los países conquistados. Entre los Romanos el teatro de muñecos---como el resto de las expresiones teatrales-----no estuvo excesivamente considerado, sino hasta mucho después, con la comedia del arte, donde alcanzaron su apogeo. Sus actuaciones fueron pronto asimiladas a los juegos de circo, consentidos y estimulados para el populacho por cálculo político. Las marionetas no podían faltar en la Roma imperial, como no han faltado en ninguna época en ninguna ciudad. Los Romanos, sin embargo, en su gravedad, en su orgullo de ciudadanos privilegiados, en su conciencia de dominadores del mundo, tenían prohibido dedicarse a estas artes menores que desprestigiaban al hombre: las de distraer a los otros hombres. Y así los actores------y entre ellos los marionetistas, claro------ no podían ser ciudadanos romanos. Se podía ser mago, charlatán, actor o marionetista (en este orden de prelación) sólo en dos casos: o siendo extranjero o siendo esclavo.